Como los
datos que se manejan en el ámbito político están demostrando que el gobierno se
afianza lentamente y los consultores coinciden en que las elecciones
legislativas serán ganadas con cierta comodidad por el oficialismo, la reacción
desesperada de los opositores se torna más intensa y virulenta. Se intenta
introducir como caballo de Troya al caso Maldonado, se trata de buscar un
muerto para cargárselo a las fuerzas de seguridad o a la Gendarmería.
Incalcaterra,
el Representante de ACNUDH, aguijoneado por el terrorista del CELS Verbitsky
insiste en la participación de la Gendarmería en el hecho y pide establecer
sanciones para los responsables, desde los rasos, pasando por suboficiales, hasta
los superiores jerárquicos, desde donde pretende llegar hasta el cuello de la ministra
Bullrich, para saltar a la yugular de Macri.
Recordó intespestivamente que el 7 de agosto el Comité de las
Naciones Unidas “exigió” al Estado adoptar todas la medidas tendientes a su
búsqueda y localización y que la CIDH impulsó una medida cautelar para proteger
los derechos de la “víctima”.
Se
convierten en mentes afiebradas que ya dan al sujeto como víctima, a la
gendarmería como asesina y al Presidente como su autor intelectual.
Este parece
ser el momento oportuno para que el Gobierno argentino reaccione firmemente y
detenga la intromisión comunista que se filtra a través de las organizaciones
internacionales.
Basta de
exigencias insolentes al gobierno de un país republicano y democrático, que no
admite el ataque a su soberanía.
Ponga
al país de pie, señor Presidente Mauricio Macri, tiene todo el apoyo de la
ciudadanía para obtener la total y humillante derrota de la corrupción, financiada por el
comunismo.