viernes, 8 de septiembre de 2017

FALSOS TESTIMONIOS


Ya hemos escrito toneladas de papeles referentes a la ilegalidad de los juicios políticos, llamados de lesa humanidad, que tienen en cautiverio a miles de presos políticos, defensores de nuestra soberanía, atacada violentamente por subversivos comunistas, armados y pertrechados para tal fin. Entre las arbitrariedades y métodos empleados citábamos a la preparación de falsos testigos, que hoy vemos renacer en el actual gobierno que ha revalidado implícitamente estos hechos de venganza implantados por el kirchnerismo.  Tenemos interesante material que también nosotros queremos restaurar. Aquí va:


UNA CARTA QUE COMPARTE MI OPINIÓN
"Escuelas de testigos
A propósito de estos testigos mapuches que testimoniaron en la causa Maldonado, quisiera recordar la vigencia de las llamadas escuelas de testigos, cuya docencia ejercen los militantes de derechos humanos y cuya metodología fue legitimada durante el gobierno K por un resolutorio del Ministerio de Justicia, que se tituló "Plan de acompañamiento integral de testigos", con el exclusivo propósito de armar declaraciones falaces y coincidentes que permitieron encarcelar a cientos de militares y policías por los hechos de los 70. No me cabe ninguna duda de que con motivo del caso Maldonado se ha reactivado la escuela de testigos, con control docente del CELS y militantes K y de DD.HH., y de que ya tenemos los primeros egresados: estos testigos contra la Gendarmería con un perfil de ingenuidad y falsa veracidad que sorprenden a políticos, periodistas y actores sociales sin convicciones firmes.
No olviden que han tenido 30 días para desarrollar el ciclo lectivo y adoctrinar a estos alumnos-testigos con una metodología que tantos réditos les dio contra las Fuerzas Armadas y de seguridad".
María Eugenia Prestofelippo
Mi opinión de ayer:
Silvio Pedro Pizarro
Ayer a las 13:01 •
"Se preocupa el gobierno por los falsos testimonios,pero nunca le preocupó el cúmulo de pruebas falsas preparadas meticulosamente en forma sistemática contra los enjuiciados presos políticos, los testigos bajo especial aleccionamiento para evitar contradicciones en sus declaraciones testimoniales. Eso durante continuos años, que en este caso de la desaparición de Santiago Maldonado, se están aplicando con singular eficacia." Fin.
Estos venales procedimientos no constituían ningún secreto y eran ampliamente conocidos, pero la censura imperante en la época y el temor de un periodismo generalmente complaciente, impedían su difusión. La situación mucho no ha variado debido a la influencia del relato y de un izquierdismo vengativo que ha impuesto al gobierno la justificación de la ilegalidad de estos juicios que se continúan llevando a cabo con mayor asiduidad. 
Por añadidura, se rinde homenaje a los terroristas que fueron premiados con valiosas subvenciones y se les da participación en las funciones públicas en los tres poderes.
El caso es que en la entrevista realizada anoche en TN al titular de Derechos Humanos, Claudio Avruj, reconocido impulsor de la cifra "simbólica de los 30.000 desaparecidos, se rompió el hechizo de la ridícula censura y salió a la luz impensadamente, un reconocimiento explícito. En efecto, al ser preguntado el funcionario, cuál fue la colaboración prometida por el gobierno en documento escrito que llevó personalmente al juez de la causa en Esquel, respondió sin titubear que iban a colaborar en todo lo necesario y en cuanto a lo pertinente a la secretaría de Derechos Humanos, su función sería la protección de los testigos, "de lo cual tenían ganada experiencia por el cuidado, no dijo la enseñanza y la remuneración, de los testigos que se presentan en los juicios de lesa humanidad", que, por otra parte, son prácticamente las únicas pruebas que se pueden obtener, luego de más de 40 años. 
El caso más reciente, de hace unos pocos días, lo tenemos en la detención de Martín Sánchez Zinny que fue privado de su libertad acusado por un delito cometido hace más de 41 años, cuando era menor de edad, subteniente recién recibido, más chico que sus soldados, por testimonios en su contra aportados por un supuesto soldado conscripto. Más tarde se descubrió que en el listado, proporcionado por el mismo juzgado, no figura el soldado denunciante.
Estas aceptaciones de pruebas testimoniales fraguadas, prestadas luego de 40 años de ocurridos los hechos denunciados, es en realidad una mancha indeleble que la justicia no podrá justificar a lo largo de la historia.  














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