lunes, 12 de junio de 2017

LA ASTUCIA DE VERBITSKY


Gran sorpresa me ha provocado el artículo de Horacio Verbitsky  publicado en Página 12 del 11 de junio, bajo el atrayente titular “El gran salto atrás”
https://www.pagina12.com.ar/43481-el-gran-salto-atras 
 Es realmente desconcertante y comprueba la habilidad periodística y dialéctica de este reconocido criminal que llevó la dirección intelectual de los Montoneros, sin olvidar su física colaboración en la terrible explosión en el comedor de la Policía Federal.
No creo que se haya imaginado la reunión que cita, en las oficinas de Avruj, con fotografía y preciso nombre de los concurrentes. Lo que es dudoso es la mención de las palabras de Claudio Avruj que contradicen en forma rotunda sus anteriores expresiones y opiniones que incluso llegaron a la obligada renuncia de Lopérfido.
Por supuesto que es necesario leer íntegramente el artículo para formarse una idea clara de sus intenciones, lo que es una firme recomendación. Trataremos parcialmente aspectos referidos a la adjudicación de frases expresadas por el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj y la dudosa veracidad de las mismas.
Con respecto a la aplicación de la derogada ley, dice Verbitsky, del 2x1 que provocó una imponente respuesta social, con la mayor movilización que se recuerde en defensa del proceso de Memoria, Verdad y Justicia, el secretario Avruj expresó que “la reacción de los organismos de Derechos Humanos fue tan fuerte que nos obligó a retirar el apoyo oficial al fallo de la Corte Suprema para calmarlos; esta gente no comprende la institucionalidad y la democracia, ni respeta la división de poderes”. 
En la visita de los concurrentes a la reunión al Archivo Nacional de la Memoria, Avruj acusó a los organismos defensores de los Derechos Humanos de tácticas intimidatorias contra quienquiera apartarse de la visión que sostienen sobre lo sucedido en las décadas de 1970 y 1980, pero que el gobierno los va a silenciar. Con ese propósito se enunció un plan que se pondría en ejecución después de las elecciones de octubre y que incluye cambios en los programas educativos y la apertura de juicios de lesa humanidad contra los sobrevivientes de la dictadura.
El asesor de Avruj, Alfredo Mauricio Vítolo, abogado con un posgrado de derecho en Harvard, escribió un trabajo titulado “La posibilidad de perdonar a los responsables de cometer crímenes de lesa humanidad” que publicó la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Allí afirmo que, “los estados sin renunciar  a la idea de justicia, tienen la potestad, conforme a sus derechos nacionales y sin violar obligaciones de derecho internacional, de indultar o amnistiar a los responsables de haber cometido crímenes de lesa humanidad.
Antes de comenzar la visita al museo, Avruj entregó  un par de folletos explicativos, pero lejos de ponderar su contenido, afirmó sin dudar: “Todo lo que leerá aquí es la versión parcial de un bando. Lo mismo comprobará en la visita al Museo, pero lo vamos a cambiar”
En público, Avruj siempre se ha expresado en forma respetuosa a las víctimas del terrorismo de Estado, pero en el diálogo con la concurrente a la reunión, la decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, Martha Minow, invirtió los términos y llegó a llamar terroristas a las víctimas de la dictadura y víctimas a los familiares de los detenidos por crímenes de lesa humanidad. Tal vez algo o alguien le hizo pensar que encontraría oídos receptivos.
Una de las pocas preguntas de la decana fue si se enseñaba a los jóvenes el período de la dictadura. Avruj respondió: “Sí, pero en forma sesgada. Sólo la versión de un bando. Pero vamos a cambiar eso. Hemos formado un equipo conjunto con el Ministerio de Educación que está trabajando en los nuevos programas.”
Agregó que “si queremos contar la verdad, eso es considerado criminal”. Puso como ejemplo la ley de la Provincia de Buenos Aires que obliga a su gobierno a mencionar a la dictadura como cívico-militar y a cifrar en 30.000 el número de detenidos desaparecidos.
Dijo que le parecía aberrante. Se indignó por la comparación con el Holocausto (sin reparar que también en ese caso existe un negacionismo que comienza por cuestionar el número de víctimas)
Dijo Avruj, “Tenemos los datos precisos, no pasaron de 9.000, pero los organismos de Derechos Humanos hacen tanto escándalo que nos obligan a repetir la mentira de los 30.000. Añadió que el gobierno tenía encuestas según las cuales la sociedad lo apoya y quiere que “se cuenten las dos partes de la historia. "La sociedad quiere mirar hacia adelante, pero un grupo pequeño que grita mucho, tira hacia atrás” Luego de una pausa´”Pero los vamos a silenciar.”
Como explicación para la posición crítica hacia el gobierno dijo: ”Están furiosos porque no les consulta su política de derechos humanos. Están mal acostumbrados.” Contó el enojo de los organismos por su reunión con las que llamó “víctimas del terrorismo” y comentó:  “No quieren que las víctimas entren a este lugar. ¿A usted le parece?”  La decana no contestó.
La semana pasada Avruj prosiguió la tarea  mediante una audiencia con el Obispo castrense, Santiago Olivera, que antes había sido recibido por el propio Macri, para que nadie pueda dudar de que se trata de una política oficial. Publicó una foto suya con el obispo y la leyenda “Para avanzar en un diálogo conjunto y en la cultura del encuentro.”  En marzo Avruj pidió a la CIDH que durante su visita a la Argentina recibiera a los familiares de los militares y al nuncio apostólico, pero la CIDH no lo aceptó. En cambio, el viernes próximo su presidente Francisco Eguiguren visitará en la cárcel de Alto Sufridero a la presa política Milagro Sala, cuya vida e integridad física corren peligro.
Hasta aquí la transcripción de la pluma del buen periodista, pero peligroso terrorista Horacio Verbitsky. Mencionamos al comienzo las dudas sobre la veracidad de las palabras que transcribió de Claudio Avruj,  por cuanto resulta improbable una contradicción tan flagrante que va del negro al blanco, valga la expresión.
Puede suponerse un brusco cambio de política ante las perspectivas de la real existencia de un gran salto atrás que pronostica el autor de artículo y de esa manera adaptarse a futuras contingencias.
Acentúa aún más mi desconcierto el hecho elocuente de que esta importante noticia  no haya trascendido en los medios periodísticos de prestigio como los diarios La Nación y Clarín.
Lo único que acabaría con mi incertidumbre es que gran parte de este enigma se convierta en realidad y se llegue finalmente al reconocimiento del clamor de la sociedad para que se haga justicia a nuestros presos políticos.