martes, 2 de mayo de 2017

EL "RELATO" DE MAURICIO MACRI

La historia se repite, aunque hay muchos críticos con respecto a esta frase polémica. Nada más cierto que en esta ocasión, donde lo comprobamos con disgusto. Macri tiene su “relato” como Cristina, en la perversa Ley de Reparación Histórica. La semejanza es notable, pues contiene los mismos ingredientes de mentiras, engaños, promesas y repetición constante que finalmente termina por ser creída por propios y extraños y hasta por sus mismos redactores. Tiene una preparación más rebuscada, cierta elegancia en su redacción, aunque realmente incomprensible, que la coloca en un rango muy superior y con un título que se acomoda a la cacareada doctrina de “revisión histórica” de su corrupta antecesora.
La finalidad coincidía con la necesidad de hacer justicia a los jubilados, especialmente a los mayores de edad que vivían apaleados  por Massa, Boudou y Bossio y últimamente por Basavilbaso con cientos de obstrucciones, apelaciones y malos tratos adornados con insultos que tuvieron su origen histórico con la señora que ocupaba el cargo de Presidente, que supo lanzarles con voz destemplada el alarido de “caranchos y buitres.”
En una palabra, se los estafaba y no se le pagaban las sentencias, ni aún las dictadas por la Corte Suprema de Justicia.
La solución consistía simplemente, conforme a las leyes que rigen una república democrática, ordenar el cumplimiento del pago de las sentencias como en cualquier país civilizado del mundo.
Aquí comienza la saga de ANSES, ya que el nuevo gobierno le dedica un tratamiento especial, dado su carácter de organismo  pudiente que maneja la mayor caja del país, y comienza por otorgarle la excepcional ventaja, reñida con la función pública, de omitir imprudentes investigaciones y auditorías sobre las anteriores administraciones, que habían desvirtuado su finalidad y usaban de ella como cosa propia según las órdenes de saqueo de la señora.
El procedimiento se hizo extensivo al tratamiento que recibían los prisioneros, maquinando a la perfección un sistema bien aceitado de características kafkianas que dio por resultado la ley del relato histórico macrista.
Resulta inconcebible que, en lugar de una ley de un artículo, como decíamos anteriormente, se haya promulgado una ley, la 27260, el 29 de junio de 2016, de 97 artículos y otros tantos incisos, un fárrago de disposiciones confusas y con varias interpretaciones jurídicas al servicio de sabios leguleyos.
Nadie mejor que Kafka hubiera fijado los procedimientos que justamente para gente de mayor edad, en condiciones de reducida movilidad y menor entendimiento, les significara un martirio agregado a sus problemas de trámites previsionales, pues ellos son:  Una vez aceptada la propuesta en forma electrónica. el jubilado y su abogado firmarán un acuerdo con sus huellas digitales en forma terminal de datos biométricos, algo que puede hacerse en una sede de ANSES o en alguna sucursal bancaria que cuente con ese recurso. Ese acuerdo es remitido al organismo previsional y es firmado por el director ejecutivo y por un abogado. Y luego, el documento es remitido al Poder Judicial, ya que un juez debe homologar el pacto para que quede formalizado. Al dar su acuerdo, el jubilado renuncia a su juicio por los conceptos involucrados (si es que había iniciado una demanda) o bien se compromete a no reclamar por vía judicial (si es que no lo había hecho). Lo inadmisible del compromiso es que constitucionalmente nadie puede renunciar a su derecho previsional, pero nadie habrá caído en la cuenta de este menor detalle.
No es necesaria mucha imaginación para ponerse en los zapatos de un viejo jubilado que esperaba pacientemente la orden del nuevo mandatario para que se cumpla con el pago que ANSES le niega, y se encuentra ahora bailando por todos los pasillos de las oficinas públicas sin el mínimo conocimiento de lo que sucede a su alrededor, mientras su expediente debe estar dando vueltas como en un lavarropa para conocer el sorteo digital de su caso que ahora sólo depende del relato de Macri.
Fíjense que la enunciación de la ley por parte de ANSES era esta fiel transcripción:
“La Ley de Reparación Histórica para Jubilados y Pensionados, sancionada el 29 de junio de 2016 por el Congreso de la Nación, consiste en una propuesta de aceptación voluntaria que reconoce el derecho de los jubilados y pensionados que se encuentran en proceso judicial contra la ANSES, a actualizar sus haberes en función de fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de las Cámaras de la Seguridad Social y de las Cámaras Federales, mediante la firma de un acuerdo”.
Nada dice de los litigantes que tienen sentencia firme, y con respecto a los demás les propone un acuerdo que a nuestro entender sería un arreglo extrajudicial con la conformidad de ambas partes, pero resultó constituir una extorsión con una clara advertencia, “si usted acepa el 50% de descuento sobre la reactroactividad, le pagamos el otro 50%,  pero en cuotas trimestrales.”
Queremos destacar la actitud del Juez de la Seguridad Social, Juan Fantini que al homologar un acuerdo en el marco de la Reparación Histórica dejó en claro que la función de los magistrados “no debería limitarse a un simple click”. Además denunció que con el expediente digital se agravó el colapso previsional. También agregó que el Código Civil y Comercial de la Nación “no requiriría de la homologación judicial, ya que los artículos 1641 y 162 del mencionado texto legal establecen que la transacción es un contrato por el cual las partes, para evitar el litigio, o para ponerle fin, haciéndose concesiones recíprocas, extinguen obligaciones dudosas o litigiosas o que la misma produce el efecto de la cosa juzgada “sin necesidad de homologación judicial”
En este punto el juez se preguntó “por qué debería ser prioridad una causa digital, en la que interviene una persona que hasta aquí nunca accionó por sus derechos, en relación a quienes llevan años litigando y en muchos casos hasta aquí no cuentan con sus haberes reajustados”
Esa es la preguntas que se hacen más de un centenar de jubilados mayores de 90 años con sentencia de la Corte a su favor.
El hecho de que un juez previsional se haga públicamente esta pregunta es una ironía inaceptable, suena casi como una burla.
Estamos, pues, ante el “relato” del presidente Mauricio Macri, la Ley de Reparación Histórica.