miércoles, 17 de mayo de 2017

BOSSIO Y BASAVILBASO, MISMO PERRO CON DISTINTO COLLAR


Cuando vengo sosteniendo, desde hace más de un año, que el nuevo Gobierno ha decretado la impunidad de Anses, por razones políticas o de otro desconocido motivo.
Cuando insisto en la necesidad y en la obligación que tiene el Poder Ejecutivo para disponer la investigación  y auditoría de este corrupto organismo, toda vez que fueron auditados todos los organismos oficiales. 
Cuando afirmo que los juicios de los jubilados sufren el mismo perverso tratamiento que en el gobierno anterior, con apelaciones disruptivas, al solo efecto de demorar los pagos de las sentencias.
Cuando sostengo que la Ley de Reparación Histórica es una manifiesta extorsión que se ha convertido en un nuevo “relato,” según lo he demostrado fehacientemente.
Cuando he recibido muchas críticas que me sindicaban como opositor al Gobierno de Mauricio Macri, sin tener en consideración que todos mis artículos no tienen carácter ni motivo político, que mis intenciones son honestas y correctas en busca de justicia para los jubilados.
Cuando jamás mencioné en mis reclamos que yo me encontraba en esa condición, para que no se interpretara que mis artículos llevaban un interés personal,  y que recién este año hice conocer ésta, mi condición, al escribir una carta al señor Presidente a quien yo también he votado y he confiado en sus promesas de justicia.
Cuando escucho opiniones periodísticas que ensalzan y alaban los planes del gobierno en materia de previsión social. 
Cuando contemplo absorto cortos publicitarios, con fotos de jubilados felices por las mejoras otorgadas en sus haberes.
Entonces me rebelo contra tanto embuste y mentira y elevo mi protesta, dignamente, con argumentos del buen sentido común, respaldados y sustentados por razones lógican y jurídicas , sin agravios.
En primer lugar, reitero el trabajoso escrito  del 18 de marzo de este año, bajo el título “La Ley de Reparación Histórica”  que ruego leer en toda su extensión y que responde al link http://silviopedropizarro.blogspot.com.ar/2017/03/la-ley-de-reparacion-historica.html
En segundo lugar, existe otro motivo que me induce a esta rebeldía que me causa la tremenda injusticia de la sociedad, del periodismo, de las autoridades y de la iglesia ausente, y es sobre  una información que aparece el día de hoy y que comento a continuación.
Un fallo judicial de segunda instancia del fuero de la Seguridad Social declaró inconstitucional que los haberes jubilatorios estén alcanzados por el impuesto a las ganancias. Los jueces Luis René Herrero y Nora Dorado de la sala II de la Cámara Federal, así lo resolvieron. Es oportuno señalar que el  honorable juez nombrado en primer término fue suspendido varios meses y con el riesgo de ser sometido a juicio político por la administración kirchnerista, afortunadamente sin éxito, con la absurda acusación que favorecía a los jubilados en las sentencias. Un fallo feliz que proporciona un alivio a la economía de los pasivos.
Lo por demás inquietante, nos llega a través de Urgente24 y consiste en que la Administración Nacional de la Seguridad Social apelará este fallo. “La decisión está tomada, se apelará el fallo, los equipos técnicos y legales (nuestros trituradores) ya están trabajando en los considerandos de la presentación”, confiaron altas fuentes oficiales de Anses. 
Una vez que el organismo previsional conducido por Emilio Basavilbaso, el continuador de Diego Bossio, presente la apelación, el caso pasará a la Corte Suprema de Justicia, donde cabe recordar que recientemente, se dice que por influencia directa de Anses, emitió un fallo polémico favorable a Anses con respecto al tope al cobro de los haberes jubilatorios. Ahorro considerable para el Estado, a costa de...
Como se podrá apreciar, si de nada valieron los esfuerzos realizados durante la vigencia de los Kirchner, de nada valen los que  reanudamos desde diciembre de 2015, hasta el día de la fecha, mal confiados en las promesas electorales de justicia y el “sí se puede”. Sí, se puede, continuar con renovados relatos. 
Sólo nos resta esperar la muerte digna, con la resignación del deber cumplido.