La conversación que mantuvo La Nación con el director de Anses, Emilio Basavilbaso constituyó una verdadera sorpresa, al ver salir del closet al
funcionario nunca presente ni entrevistado en los variados canales de noticias
de televisión y prestigiosos periódicos
La sorpresa fue doble, ya que el cuestionario del entrevistador parecía
extractado de las últimas notas escritas por este perseverante bloguero que no
consigue respuestas a la ya gastada pregunta ¿Y la Anses?.
Cuando se le requirió que informara cómo había encontrado el organismo a
su cargo, en la transferencia, el periodista agregó una de mis inquietantes
observaciones al decir que falta conocer esta información que es pública en
cuanto al desorden hallado en todas las dependencias del Estado. menos en la
suya. Dijo que lo había encontrado bien y que no quedó preocupado por la transferencia.
Que Bossio lo atendió correctamente y visitaron varias oficinas. Con referencia
a los puntos de importancia, como la situación de los jubilados , la cantidad
de juicios pendientes y el futuro del 82% móvil, sólo dijo que estaba a estudio
y que para las soluciones era necesario señalar que serían largas y que en
cuatro años todo se normalizaría..Afirmó haber encontrado un gran adelanto con
las moratorias dispuestas en el anterior ejercicio, ya que millones de no
aportantes fueron incluidos como flamantes jubilados, medida que, si bien es de
atendible carácter social, no tiene por qué ser financiada por Anses, sino por
el Tesoro Nacional.
La pregunta recayó entonces en cómo encontró el registro de empleados,
que en otros organismos fueron motivo de despidos en masa a lo cual respondió
brevemente y sin especificar cantidades, que luego de analizar los registros,
aquéllos que no fueron a trabajar se los despidió cancelando los contratos.
Habló de una futura ley de jubilaciones que era del interés del gobierno,
pero no aclaró de qué se trataba y que esperaba su aprobación en un término de
cuatro años. El periodista no hizo mención a los dos cartas abiertas enviadas
por el subscripto, ni el funcionario las citó. Pero he aquí que ante la última
pregunta que le formuló despaciosamente, surgió la evidencia de que mis
numerosos artículos y las referidas cartas eran conocidas.
Como si me estuviera leyendo el periodista dijo, la transferencia del
organismo aparentemente fue normal, pero de acuerdo a los comentarios que han
surgido, el hecho de que el entregante Sr. Bossio haya sido el principal
referente de la división del kirchnerismo, en apoyo al gobierno, ¿no habrá
tenido influencia para que esa transparencia sea un resultado normal? De
inmediato la respuesta fue negativa aduciendo que a diferencia de otros
organismos no había por qué preocuparse.
Con posterioridad a esta entrevista resultan llamativas las
declaraciones de Bossio al periodista Luis Majul, desligándose de las
responsabilidades que le cabían como Director de Anses y cargando las tintas
sobe la expresidente Cristina.
Notemos que estos hechos no son conocidos por denuncias de Anses,
durante investigaciones internas, sino que fueron informados semanas atrás,por
el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi
con su denuncia de que en 2015 la Anses le giró $30 millones al programa que
defendía al kirchnerismo y aseguró que la productora Pensado Para Televisión
(PPT) recibió parte de ese dinero de manera irregular. El ministro elevó el
informe a la Oficina Anticorrupción para que evalúe si hubo fraude al Estado.
No es necesario sacar a relucir las treintenas de artículos, cartas
abiertas y pedidos de intervención efectuadas por el suscrito para venir a
demostrar la escandalosa malversación de fondos, malversación de funciones,
saqueos y despojos que ha sufrido este organismo bajo la férula corrupta de la
expresidente y el anterior director de Anses
Ya no quedan dudas de lo que anteriormente sospechábamos sobre los
motivos que explican el manto de silencio imposible de vulnerar durante los
tres meses que lleva este gobierno.
He dicho que muy pocas veces he tenido la oportunidad de haber sido
testigo de la sordera más completa de un funcionario de la Administración
Nacional, a todas luces desubicado acerca de la naturaleza de sus funciones, o
simplemente distraído en el ejercicio de su pasatiempo preferido, al recibir
órdenes expresas de evitar medidas de auditoría e investigaciones sobre la
monumental lápida que cayó estrepitosamente sobre ANSES,
Decía necesito que se me informen las razones que pueden aducirse para
haber mantenido el silencio sobre la información que estoy requiriendo, lo que contradice y contraría las garantías de transparencia y acceso del ciudadano a
todos los actos de la administración pública prometidas por el gobierno.
Necesito que se me informe, finalmente, si con un gesto de “nobleza
obliga”, Baldivieso ha tendido un manto de impunidad a su antecesor Diego
Bossio, hoy estrella política, al quebrar el FPV y apoyar las medidas del
gobierno.
Quede bien en claro que no lo estoy acusando y no tengo pruebas para
dudar de su honestidad y buenas intenciones. Solamente me he limitado a
solicitarle las informaciones precedentes a lo que me veo obligado como
ciudadano responsable que desea aventar toda suspicacia.
Este silencio ha generado dudas que deben disiparse con urgencia. Va en
ello el éxito o el fracaso de la política de transparencia y sinceridad que se
nos prometiera solemnemente y por la cual hemos votado.
Este era el último párrafo de mi Carta Abierta.