domingo, 16 de agosto de 2015

LOS TRES SAQUEOS DE LA PRESIDENTE


No leo una seria crítica periodística  con respecto al pillaje realizado por la Presidente en sus desesperados esfuerzos  para conjugar el cuantioso déficit que ha originado su desacertada gestión.  Son tres las principales  intervenciones que pueden considerarse  ilegales y que dejan al país y a los ciudadanos en grave riesgo de una caótica quiebra económica y social
El primer saqueo  le tocó en suerte a la caja de los Jubilados de la Ansés por miles de millones   de pesos arrebatados  durante más de diez años con toda impunidad
 Corre serio peligro la descapitalización de este patrimonio público, asignado por ley en forma exclusiva y excluyente al sistema de la seguridad social, y que comprometen gravemente su solvencia futura.
Desde la AGN se han censurado aspectos centrales vinculados a la sustentabilidad del régimen previsional en una perspectiva de mediano y largo plazo.
Los fondos previsionales se desvían para financiar ayudas estatales, comprometiendo a los jubilados, al tiempo que se disfraza la pobreza con un manto de subsidios.
Se ha cuestionado la utilización de fondos de la Anses para otros destinos ajenos al sistema previsional, incluyendo gastos corrientes del Estado nacional. Asimismo, la actitud contumaz del Estado frente a los reclamos reiterados de actualización de los haberes, a pesar de los fallos condenatorios y compromisos internacionales de no apelar las sentencias, ha incrementado de manera exponencial la litigiosidad del Estado en detrimento de los legítimos beneficiarios del sistema.
Cada vez que se comprometen los recursos de la Anses para finalidades ajenas a las obligaciones previsionales, se estafa a sus beneficiarios, que son los trabajadores aportantes y los jubilados actuales y futuros.
Que se mueran los jubilados, primero la `plata
El segundo saqueo. El  Banco Central podía dar adelantos al Tesoro, préstamos de corto plazo, mientras no representaren más del 12% de la base monetaria y no  más del 10% de los recursos que el Gobierno nacional obtuviera en el último año..  Se le hizo una modificación al texto antes de su tratamiento en comisión, por el cual se duplicó el límite permitido para situaciones excepcionales que ahora son diarias.
 Es el banco encargado de la emisión de dinero y de la instrumentación de la política monetaria del gobierno. Se formó bajo el modelo del Banco de Inglaterra, fundado en 1694 y es la garantía de la estabilización monetaria de un país.
Al diablo con la política monetaria, primero la plata.
Tercer saqueo. A través de un decreto publicado  el 14 del corriente mes en el Boletín Oficial, el Gobierno fijó que el Fondo de Garantía de los Depósitos bancarios deberá invertir unos $ 8.000 millones más en títulos públicos, ampliando el financiamiento al deficitario Tesoro Nacional.
El Fondo de Garantía de los Depósitos (FGD), que acumula más de $ 20.000 millones, se integra con los aportes que los bancos deben realizar obligatoriamente de acuerdo a los depósitos que maneja cada entidad financiera. El objetivo del Fondo es responder a los depositantes ante problemas de insolvencia de los bancos y si el Banco Central suspende a alguna entidad.
A través de un decreto publicado ayer en el Boletín Oficial, el Gobierno fijó que el Fondo de Garantía de los Depósitos bancarios deberá invertir unos $ 8.000 millones más en títulos públicos, ampliando el financiamiento al deficitario Tesoro Nacional.
Que se fundan los depositantes, primero la plata.
Como decíamos al principio, no sólo la prensa es culpable de la quasi silenciosa aceptación de los actos desafortunados y peligrosos del Poder Ejecutivo, a menudo acompañados por el sojuzgado Poder Legislativo, sino también los opositores de los partidos políticos que tienen sus representantes en el Congreso Nacional. Es cierto que son minoría, pero su actuación no es la que de ellos se espera, pues les falta el fuego y las contundentes críticas que en tiempos lejanos acostumbrábamos a oír y presenciar de legisladores verdaderos defensores de la democracia.
No se quiere ver, no se quiere escuchar, no se quiere sentir, pero el Estado está bajando una dolorosa pendiente hacia la anomia y el caos social y si por apocalíptico se entiende algo tremendo y fatal, pues bien, ése es el término adecuado al desastre que se aproxima.