miércoles, 15 de julio de 2015

EL DIARIO LA NACION..."susurra"

Hoy leo presuroso el editorial de La Nación titulado "Contra la tortura en cárceles" y lo comparto plenamente. Describe con detalles terribles, aunque un tanto morbosos la sufrida por un joven, cruel y repudiable Pero llamó mi atención que sólo destina un breve párrafo al tratamiento denigrante que sufren ancianos militares, detenidos sin condena, en mazmorras insalubres y con prohibición de atención médica adecuada, por resolución del ministerio de Defensa, justificada y confirmada por el tribunal máximo del país, la Corte Suprema de Justicia. Algo grave está sucediendo en la sociedad, en la justicia y en el periodismo. Hace un año este diario publicó una nota exclusiva en defensa de nuestros presos políticos y en ella abundó en detalles escalofriantes de ese tratamiento vengativo que hasta el día de hoy provocó la muerte de 303 uniformados. Ese justo clamor por los verdaderos derechos humanos, murió al momento de nacer, no se repitió, se ignoró, no se destacó ni comentó en "ningún medio" ni organismo privado ONG, no se oyó en los púlpitos de las iglesias ni en los canales independientes de la televisión nacional, ni en el valiente discurso de monseñor Zecca en Tucumán. Solo escuchamos aisladamente las quejas dolientes de sus familiares que rezan piadosamente por la justicia de sus seres queridos, sepultados en un olvido criminal.
Olvidemos el gobierno, la justicia, la política, la religión y las leyes. Sólo el derecho natural otorgado por el Supremo Creador nos obliga a terminar con un latrocinio inexplicable en el estado actual de la civilización y la cultura. Es que ya ni la admirable escultura La Piedad, de Miguel Angel, conmueve a los ciudadanos de mi patria.

Distintas vejaciones sufridas por presos a manos de guardias del Servicio Penitenciario Federal han sido condenadas por la Justicia
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