viernes, 29 de mayo de 2015

LAMENTABLE POSTULACIÓN

El mes próximo, en la 44» Asamblea General de la OEA se decidirá el futuro del sistema interamericano de protección de derechos humanos para el próximo quinquenio.
En esta asamblea general, los 34 cancilleres elegirán a cuatro nuevos miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a cuatro nuevos jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Por nuestro país la Presidente ha propuesto al ex ministro de la Corte, Eugenio Raúl Zaffaroni que es uno de los seriamente cuestionados por diversas instituciones, dados sus antecedentes como miembro de la Suprema Corte de Justicia, en que sus fallos y decisiones fueron manifiestamente favorables a la política del gobierno. La imparcialidad de un juez en este tribunal de la OEA es un requisito exigido para su designación.
La proximidad de Zaffaroni con el gobierno llegó al punto de llevarlo a asistir como invitado de honor a la entrega de un premio al presidente de Ecuador, Rafael Correa, por su defensa de la libertad de expresión. Rafael Correa es uno de los mayores depredadores actuales de los derechos humanos en la región. Naturalmente, los otros jueces de la Corte no asistieron al acto
Además, cobra relevante importancia el conocimiento de que varios departamentos de su propiedad eran comercializados como prostíbulos. No hubo explicaciones satisfactorias de su parte.
En el orden interno e internacional fueron muy criticadas muchas de sus sentencias como Juez Penal que, en alguno casos, fueron calificadas de aberrantes. Un extracto de alguna es el siguiente:
-Con luz apagada no es violación.
-Un cuchillo no es un arma.
-Si se roban autos estacionados no es delito, sino apropiación.
-Cuando se allana un laboratorio y se encuentran balanzas,  
 la droga, el molino y los ravioles, si no hay comprador no es venta
 de droga.
En la impugnación en el Congreso de su designación como juez de la Corte Suprema de Justicia Nacional, el senador Rodolfo Terragno, reveló perjurio constitucional del Dr. Zaffaroni al jurar por el Estatuto de la última dictadura.  Dijo el Dr. Terragno:
"Para restarle importancia al hecho de haber jurado por el Estatuto de la última dictadura, el Dr. Zaffaroni dijo en la reciente audiencia pública:“Juré por el Estatuto del Proceso de Reorganización Nacional, juré por el Estatuto de Onganía, juré por la Constitución reformada por Lanusse en 1973, juré por la Constitución Nacional de 1853 y juré por la Constitución reformada en 1994”.
Con esa declaración, lejos de introducir un atenuante, expuso un agravante.
El perjurio constitucional no es un antecedente plausible. Cuesta comprender que un hombre de derecho pueda jurar “por lo que venga”, sea una Constitución democrática o las reglas impuestas por tres dictaduras sucesivas."
El prestigio ganado por la publicación de obras de derecho penal, aún cuando la gran mayoría de los tratadistas nacionales e internacionales no está de acuerdo con su teoría garantista,  se ha deteriorado a raíz de su desafortunada gestión como miembro político de la Suprema Corte.
Chile, Colombia, Panamá, Jamaica y Costa Rica han presentado candidatos independientes de sólidos antecedentes jurídicos.
En cambio, los postulados por Argentina, Ecuador y Paraguay no ofrecen garantía alguna en tal sentido. Un ejemplo de ello lo constituye el gobierno de Ecuador, que está ejerciendo una agresiva presión diplomática para que su candidato sea elegido.
Este funcionario de la Corte Constitucional Ecuatoriana, que está en su puesto gracias a Correa, nunca en toda su historia como juez ha tomado una decisión que se aparte de los designios del presidente.
Por último, no hay que descartar el interés de muchos mandatarios en contar en los tribunales de la OEA con jueces afines a sus políticas, y prestos defensores  en los casos que surgieran en su contra. Esta elucubraciones de carácter personal son las que se llevan a cabo en las ineficaces organizaciones latinoamericanas del Mercosur, Unasur, Alba y Celac, donde el principal motor de las reuniones consiste en salvaguardar el imperio de la eterna permanencia en el poder de sus caciques.