martes, 17 de marzo de 2015

ESCULTICEREBRITIS AGUDA



Hemos descubierto que la Presidente padece de una dolencia denominada esculturicerebritis aguda, disimulada por el diagnóstico faringolaringitis aguda.
Es llamativa la adicción estatuaria que está sufriendo desde hace un tiempo y que se acentúa dia a dia.
En efecto, comenzó destruyendo estatuas, una de ellas valiosa pieza de de nuestro patrimonio cultural: el Monumento a Cristóbal Colón, un regalo de la comunidad italiana en ocasión del Centenario de la República, la misma comunidad que hoy sigue reclamando infructuosamente su derecho a que la estatua y todo el conjunto quede en su emplazamiento original detrás de la Casa Rosada. Difícil, sino imposible, ya que ha quedado reducido a trizas todavía esparcidas alrededor de su emplazamiento. No sería mala idea, como en algún momento sugirió Jorge Lanata, que sus piezas desperdigadas, permanecieran dispuestas de esa manera para siempre, cual ruinas arqueológicas, como un testimonio para la posteridad del poder del daño de que es capaz el kirchnerismo cada vez que se lo propone.
Luego, le sobreviene un inusitado interés escultural que lo concentra en la Avenida 9 de Julio. El editorial de La Nación lo detalla con suma claridad, al estimar que sería muy interesante y
digno de un estudio más profundo el inusitado interés por las esculturas que revela en los últimos tiempos la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ya sea porque decidió cambiar una por otra -la de Cristóbal Colón por la de Juana Azurduy-, ya sea porque dictaminó esta semana que la Capital será más la Capital "de todos los argentinos" cuando tenga, en la Plaza de la República y a metros del Obelisco, dos nuevos murales con las imágenes de los ex presidentes Juan Domingo Perón e Hipólito Yrigoyen, respectivamente, ya que ese lugar representa "el centro de la República"
Según escribió el periodista Pablo Sirvén, el Gobierno contribuye a la polución estatuaria con su propia colonización de la avenida 9 de Julio, y sus troquelados gigantes (los de Eva Perón en dos de las caras del Ministerio de Desarrollo Social), los pequeñitos y feúchos del padre Carlos Mugica y Arturo Jauretche.
Néstor Kirchner se multiplica hoy en cantidad de estatuas y de bustos a lo largo y a lo ancho del país, algunos bien preservados; otros, dañados por manos anónimas. El que costó un millón de pesos es un regalo del gobierno argentino a la nueva sede de la Unasur, en Ecuador, que esculpió Miguel Gerónimo Villalba, veterano en retratar al ex presidente en 3D. Eso sí, esta vez le pidieron que lo hiciera más sonriente.
En mi humilde opinión, la Presidenta no ha tenido en cuenta que no va a quedar un espacio en la ciudad para su propio monumento y el de su marido, a no ser que como en el caso de Colón decida destruir el de San Martín y el de Belgrano, a lo que se va acercando indudablemente, si nos atenemos a sus discursos por la "condena nacional". Ellos permanecerán en las fastos de la historia como los verdaderos próceres que le dieron al país independencia política